jueves, marzo 30, 2006
Mejor cuentame una de vaqueros...
Cuando pienso en vaqueros, me imagino un pueblo semi destruido por el sol y la arena del desierto de Arizona o Nuevo Mexico. Me imagino caballos, whisky y estrellas de sheriff. Me imagino Al tio Ethan, al Llanero Solitario y a Billy the Kid. Me imagino un mundo donde se vive por el revolver y se muere por el revolver.
El fin de semana fui a ver la pelicula esa de Secreto en la Montaña. Ya sabia, despues de la gran difusion que tuvo gracias al oscar, y gracias a la campaña que se le hizo para poder ser tan difundida en los premios de la academia, que era la historia de amor entre dos vaqueros. Una historia de amor gay.
Disculpe usted mi ignorancia y mi inocencia, si fue tonto de mi parte imaginarme, que se yo, una historia de amor entre Jesse James y Wyat Earp, aderezado de vez en vez por algun tiroteo, una tribu de indios rebeldes y por que no, hasta bufalos. Pero no señor. No. Estos vaqueros no usan espuelas ni revolver. No Tienen paleacates amarrados al cuello ni andan por ahi enamorando bailarinas de can can (a menos que el tipo ese en Cd. Juarez baile can can).
La verdad, estimado lector, es que la historia es de dos tipos pobres de los llamados white trash o trailerpark trash, que viven en el sur del gabacho al rededor de los caballos, el rodeo y pick ups, en la era actual. Una gran desilusion si me lo permite. Pero bueno, es rescatable que aun cuando el principio es fuerte y hasta emocionante, la historia se lleva de manera adecuada y al menos la lentitud no es insoportable como en otras peliculas en que se quiere decir poco en muuuuucho tiempo.
Y porque hablo hoy de esto y no de lo que vivimos en nuestra amable ciudad. Pues simplemente porque preferi contar una de vaqueros en lugar de lo mismo de siempre... corrupcion, inseguridad, trafico, mentiras y elecciones.
En fin, hoy es jueves y mañana ya es viernes. Viva!
La musica: Que llego para quedarse
La comida: Manzana
El humor: pues...
y ya!
El fin de semana fui a ver la pelicula esa de Secreto en la Montaña. Ya sabia, despues de la gran difusion que tuvo gracias al oscar, y gracias a la campaña que se le hizo para poder ser tan difundida en los premios de la academia, que era la historia de amor entre dos vaqueros. Una historia de amor gay.
Disculpe usted mi ignorancia y mi inocencia, si fue tonto de mi parte imaginarme, que se yo, una historia de amor entre Jesse James y Wyat Earp, aderezado de vez en vez por algun tiroteo, una tribu de indios rebeldes y por que no, hasta bufalos. Pero no señor. No. Estos vaqueros no usan espuelas ni revolver. No Tienen paleacates amarrados al cuello ni andan por ahi enamorando bailarinas de can can (a menos que el tipo ese en Cd. Juarez baile can can).
La verdad, estimado lector, es que la historia es de dos tipos pobres de los llamados white trash o trailerpark trash, que viven en el sur del gabacho al rededor de los caballos, el rodeo y pick ups, en la era actual. Una gran desilusion si me lo permite. Pero bueno, es rescatable que aun cuando el principio es fuerte y hasta emocionante, la historia se lleva de manera adecuada y al menos la lentitud no es insoportable como en otras peliculas en que se quiere decir poco en muuuuucho tiempo.
Y porque hablo hoy de esto y no de lo que vivimos en nuestra amable ciudad. Pues simplemente porque preferi contar una de vaqueros en lugar de lo mismo de siempre... corrupcion, inseguridad, trafico, mentiras y elecciones.
En fin, hoy es jueves y mañana ya es viernes. Viva!
La musica: Que llego para quedarse
La comida: Manzana
El humor: pues...
y ya!
# posted by plasta @ 3/30/2006 10:32:00 a.m. 
