Yo no voy a decir nada, pero...

Todos llevamos un naco por dentro...

Yo naci en el suburbio de Ciudad Satelite, a unos cuantos kilometros de la Megalopolis conocida como Mexico Distrito Federal. Pero me confieso admirador, apasionado, fan e incluso, dentro de lo que cabe, estudioso del folklore y la cultura de la gran ciudad. De lo cotidiano como manifestacion y manifiesto cultural. Del gusto por el mal gusto. Y sobre todo, de la identidad de los habitantes de la ciudad de Mexico como algo suigeneris.

Los tacos placeros, los merolicos, los puestos a la salida del metro y las leyendas en las defensas y parabrisas de microbuses son algo que me llenan de curiosidad y no puedo resistir el admirarlos. ¿Que estaba pensando ese quien lo escribio? ¿Por que, si sabemos que es basura, como pueblo seguimos comprando en puestos de pirateria? ¿Quien invento el decalogo de la taqueria? ¿Es ley por ser Vox Populi y es Vox Populi por ser ley?

Estimado lector, eso, es justo lo que me atrae de esto.

Pero bueno, si usted alguna vez ha asistido a una fiesta de pueblo, a una borrachera de niños fresas o a una boda uyuyuy, seguro conoce esa afamada cancion de la Sonora Matanzera llamada El Santo, el Cavernario... Aquella que reza que "la arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emocion". Asi que seguro no será ajeno del todo a ese fenomeno deporte/espectaculo llamado Lucha Libre.

Este domingo pasado, lleno de emocion, me di cita con una singular banda de comparsas y unos 2000 fanaticos del croch, la hurracarrana (creacion del Huracan Ramirez), y la lanza (obre del unico Perro de Noxichtlan), en la mismisima Arena Coliseo, en el corazon del Barrio Bravo de Tepito. Mas, no se puede pedir.

La lucha empezo bien. Los mas jovenes primero, los mas experimentados al final. El plato fuerte se supone que era un duelo mano a mano entre Mexico y Japon. Por la sangre azteca luchaba Rey Bucanero, y por el pais del sushi y la caza ilegal de ballenas, Kenzo.

Al ritmo de llaveo y contrallaveo, coreados por los fanaticos que insultaban a las madres y hermandas de los gladiadores, y al sabor de los cueritos, la torta de queso de puerco y la cerveza corona, se libro la tarde en compañia de la familia mexicana.

De verdad que pocas cosas me divierten mas que ir a las luchas. Ver al publico gritar, aplaudir e insultar, y por que no, unirme a ellos con un "¡Misterioso: dice tu hermana que le devuelvas sus medias!", es una de mis pasiones. Un placer culpable no culpable. Despues de todo, esto es cultura. La cultura de la ciudad de Mexico y del pueblo Mexicano.

Yo no voy a decir nada, pero... Todos llevamos un naco por dentro, algunos, tambien lo llevamos por fuera.